martes, junio 03, 2008

Gonzalo Perez-Olaguer "Uno de los nuestros" nos ha dejado

El Periodico

Molt Honorable President de la Generalitat de Catalunya

“Aquest febrer, la mítica cúpula Venus va reobrir les seves velles portes per acollir la presentació del seu darrer llibre. Aquell dia vaig tenir el privilegi d’estar al seu costat en l’acte que va devenir un emocionant i multitudinari homenatge a la seva persona, a l’amic, al crític, a l’apassiona’t d’aquesta meravellosa i dura professió que son les Arts Escèniques. Sé que fins l’últim moment no va faltar a cap estrena del seu estimat món del teatre. Gonzalo va ser sempre un dels nostres, hem estat afortunats en ser un dels seus.”






EL PERIODICO

'Gonzalo, el mejor amigo del teatro', artículo de Ferran Mascarell, 'exconseller' de Cultura

FERRAN Mascarell
Lo conocí en un teatro. Hablamos por última vez saliendo de un teatro. Estaba enfermo, pero había decidido no claudicar en ninguna de las dos pasiones que lo alimentaban: el teatro y la vida. Para muchos, unía como nadie los atributos de una persona entrañable y la excelencia de un profesional admirable. Ha sido un puntal del teatro catalán. Ha contribuido como nadie a hacer el cambio de escala que hemos vivido los últimos 30 años.
Ha sido una persona querida y respetada. Quedó de manifiesto hace poco, cuando la presentación de su último libro, en la antigua Cúpula Venus, se convirtió en un gran homenaje. No creo que en el sector teatral haya una figura apreciada de una manera tan unánime. Nunca renunció a ser un crítico fiel a sus ideas, pero nunca despreció el trabajo de nadie. Era valiente, entusiasta y riguroso; escribía respetando a los profesionales y a los espectadores.
Ha sido un enamorado del teatro. Nadie como él conocía los sueños que se han forjado, nadie los ha vivido con tanta autenticidad, sin pedir nada, discretamente, sin levantar la voz, escribiendo miles de artículos, dando voz a dos generaciones de profesionales, invitando al público, ayudando con entusiasmo a los nuevos creadores. Con extrema generosidad. Nunca ha tenido la tentación de buscar una frase brillante o un adjetivo ingenioso para fustigar; no escribía para lucirse sino para hacer lucir y para animar, también para explicar y cuando era necesario para reclamar, denunciar y lamentar. Hasta el último momento. En su último artículo lamentaba la desaparición de la Marató. Sin duda, pensaba en los que tienen dificultades para hacerse con un lugar en la escena. Mucho le debemos los que lo tratamos desde la Administración pública. Yo por lo menos. Siempre lo encontré dispuesto a ayudar. Opinaba con serenidad sobre las cosas más complejas, daba con generosidad su criterio, nunca regateó una colaboración. El teatro barcelonés ha perdido un puntal. La gente del teatro ha perdido a uno de los suyos. La ciudad ha perdido a un hombre ejemplar. Echaremos a faltar su serenidad, su criterio, su conocimiento y su presencia discreta, limpia e inteligente.




EL PERIODICO

El teatro llora la muerte del crítico, que consiguió el respeto y el cariño de la profesión
"Juzgaba sin herir", destaca Benet i Jornet


N. MARTORELL / M. CERVERA
BARCELONA
Murió un lunes. El día en que no hay función. Gonzalo Pérez de Olaguer era único (hasta en esto). A un crítico o se le teme o se le odia. Pero a él se le quería. Y los teatreros se lo demostraron en vida, montándole una fiesta sorpresa en el Poliorama por su 60° cumpleaños en 1996. O abarrotando la Cúpula Venus el pasado febrero, en la presentación de su libro Els anys difícils del teatre català. Todos sabían de su enfermedad. Y el acto se convirtió en un emotivo homenaje. Como lo son también las declaraciones que vienen a continuación.
Sergi Belbel, director del TNC. "Reunía una condición muy extraña: era crítico de teatro y tan querido... Como él no abundan. Era un apasionado del teatro, a pie del cañón. Me sorprendió su fortaleza, a pesar de su debilidad física, sin perderse ningún estreno, como ocurrió hace tan pocos días en el Teatre Nacional. Estaba animado. Seguía luchando, hasta el último acto. Su amor por el teatro y la vida ponen la piel de gallina".

Carles Sans, miembro de Tricicle. "Con Gonzalo se acaba una manera de hacer crítica. A pesar de que criticaba, lo hacía de forma muy profesional y humana, lo que hizo que tuviéramos una buenísima amistad. Incluso nos unía nuestra afición al tenis. Jugamos juntos al tenis, y he de admitir que me ganó siempre, a pesar de mis burlas sobre que él era mayor".

Joan Pera, actor. "Era un luchador desde las barricadas, que quería al teatro como nadie lo ha querido. No se casaba con nadie del éxito, sino con el trabajo bien hecho. Es de las personas que más he apreciado de este mundo tan difícil como el nuestro. El país pierde algo tan sencillo y grande como un hombre de teatro, de una honestidad extraordinaria. Como decía Lorca, si el teatro es la expresión del pueblo, perdemos a un heredero de esta expresión".

Núria Espert, actriz y directora. "Le conocía desde hará 50 años. Nos veíamos siempre que venía a Barcelona, y siempre tenía una palabra cariñosa para mí, o se interesaba por mi familia, si estaba bien... Siento mucho su pérdida".

Daniel Martínez, productor. "Su amistad será indeleble y el teatro lo mantendrá siempre en su historia".

Josep Maria Benet i Jornet, dramaturgo. "A Gonzalo le recordaré siempre por su bondad. Era un hombre bueno. Le costaba hablar mal, a no ser que se enfadara mucho, buscaba siempre el lado amable. Después de un estreno sabías que Gonzalo te juzgaría con justicia y predisposición a no herir. Algo poco habitual, los críticos de teatro suelen ser mucho más duros y agresivos que los de narrativa y poesía. Era la excepción".

Ricard Salvat, director teatral. "He conocido a Gonzalo en todas sus facetas: como director de escena, y era de los buenos, como librero, como director de la revista Yorik y como crítico. Y en todas fue un hombre generoso, abierto, siempre dispuesto a ayudar. A mí, que soy algo mayor que él, me gustaba mucho hablar con él porque muy poca gente de Barcelona sabía y había visto tanto teatro. Su último libro es fundamental y marcará época. Lástima que no pueda hacer el segundo volumen".

Mario Gas, director teatral. "Ha sido una persona fundamental de los últimos 40 años porque, en todas sus facetas, hizo gala de una entrega absoluta. Su pérdida es importante y será muy sentida por toda la profesión porque la gente lo quería. Había hecho de todo. Era un hombre polifacético cuya vida estuvo ligada a su profesión. Y, aunque no está de moda ser buena gente, él lo era y eso también es importante en esta vida".

Lluís Pasqual, director teatral. "Siempre me acordaré de él en su librería de la calle de Bergara y como editor de la revista Yorik. Antes de conocerle como crítico, le conocí como uno más de la profesión. Siempre recordaré su eterna sonrisa".

Àlex Rigola, director del Lliure. "La ciudad no solo ha perdido a un crítico, sino a una gran persona. La más entrañable".

Carles Canut, actor. "Se ha muerto uno de los mejores amigos que teníamos los creadores en el mundo del teatro. Y que, curiosamente, era crítico". Con estas palabras Canut inició anoche la lectura dramatizada de Sushi, texto de la galardonada Mar Monegal, en el Teatre Romea

EL PERIODICO

MUERE UN GRAN CRONISTA DE LA ESCENA|EL PERFIL|ADIÓS AL CRÍTICO AMABLEGonzalo Pérez de Olaguer fallece a los 71 años dejando un gran legado de amor al teatro

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA
Gonzalo Pérez de Olaguer, uno de los más sabios y veteranos críticos de las artes escénicas de este país, falleció ayer a los 71 años víctima de un cáncer. Toda su vida profesional la consagró a su gran pasión: amó y respetó el teatro y fue amado y respetado por el teatro. Por los actores, por los directores, por los dramaturgos, por los lectores de EL PERIÓDICO, diario al que estuvo ligado desde su creación, en 1978. El funeral se oficiará mañana en el tanatorio de la Ronda de Dalt.

La última vez que hablé con Gonzalo fue el pasado jueves. Me llamó desde el hospital para preguntarme si todavía representaban Muerte en Venecia en el Liceu. Estaba fascinado con la idea de ver el resultado del montaje sobre el perturbador viaje hacia la muerte del protagonista de la historia, el escritor Von Aschenbach. ¿Presentía la cercanía de la suya? Sin duda, pero no se daba por enterado. Para él era más importante la posibilidad de empujar un nuevo proyecto escénico que enfrentarse a los agoreros diagnósticos del terrible cáncer que se lo ha llevado.
Estaba muy mal cuando escribió su última sección de los sábados, pero me explicó, con la voz todavía firme, que iba a hacer una "necesaria reflexión" sobre la desaparición de la Marató de l'Espectacle y también sobre el giro programático del Grec. ¡Y vaya si dictó sentencia! Nada más certero que lo que dijo al lamentar un final injusto a 25 años de compromiso de la muestra del Mercat. Y nada tan esperanzador, aún admitiendo la cuota de riesgo asumida, como su visión sobre la oferta del Grec. El artículo iba a convertirse en la última declaración de amor al teatro de este irrepetible crítico de la mano siempre tendida.

40 AÑOS DE OFICIO Por eso, ayer, cuando su mujer, Mercè, me comunicó la fatal noticia de su desaparición no podía dar crédito. Nos será difícil a todos, empezando por la gente de la escena, asistir al estreno de un nuevo espectáculo sabiendo que nuestro compañero ya no está entre nosotros. Era una referencia. Y lo era también por esa bonhomía que proyectaba a la hora de escribir.
Sin dejar de lado la crítica, basada en una exhaustiva documentación sobre las obras enjuiciadas, buscaba siempre la forma de salvar los aspectos positivos del trabajo colectivo de las compañías cuando los proyectos no habían respondido a la expectativas. "¿No te has pasado de blando, Gonzalo?", le preguntaba alguna vez. "Hay mucho esfuerzo detrás de este montaje, y cuando esté más rodado, veréis lo bien que funciona", replicaba. Así era él. En sus 40 años de crítico en Mundo Diario, Diario de Barcelona y EL PERIÓDICO estuvo siempre al pie del cañón. Para él era igualmente trascendente un estreno en las grandes salas que una propuesta de las salas alternativas. Y siempre encontraba un plus en los nuevos autores de los que, en muchos casos, fue su descubridor.
Sus piezas eran esperadas con ilusión por los profesionales del teatro. Sabían que les iba a tratar con cariño, aun en los casos en los que se veía obligado a ejercer de juez severo. Pero, además, lograba compaginar sin problemas esta faceta con la de informador dispuesto a dar primicias sobre nuevos proyectos.
La presentación de su último libro Els anys difícils del teatre català, una obra necesaria para conocer la escena barcelonesa de los últimos años del franquismo y la transición, fue en realidad un impresionante homenaje de despedida de la gente del teatro al crítico amable. Nunca se habían unas muestra de cariño tan intensas como las que vivimos en la Cúpula Venus. Nadie faltó a la cita. Y Gonzalo acabó con la mano rota de tanto firmar ejemplares.
Tenía carisma. Y no se me ocurre pensar que su muerte lo haya desengachado del teatro. Seguro que en el más allá ha montado ya un debate de urgencia con sus también desaparecidos amigos Adolfo Marsillach, Fabià Puigserver, Pau Garsaball y otros que lo esperan para seguir fabulando sobre el hecho teatral. A los que aún estamos aquí nos queda el testimonio de su obra, como director de la revista teatral Yorick, el de su tarea al frente de la compañía Bambalinas --con la que estrenó obras de Arrabal y Frosch--, su fallida aventura como librero y, sobre todo, su determinante papel en la consolidación del tejido teatral catalán. Nunca podremos olvidarte.





3/24.cat TVC


Mor als 72 anys el crític de teatre Gonzalo Pérez de Olaguer

El periodista i crític de teatre Gonzalo Pérez de Olaguer ha mort a Barcelona als 72 anys a conseqüència del càncer que tenia, segons han informat fonts del diari "El Periódico", on ha treballat durant vint anys. Abans de treballar per a aquesta publicació, Pérez de Olaguer havia dirigit la revista "Yorick" i també va provar sort com a empresari amb la producció "La noche de los asesinos", que va significar el debut en escena de Mercè Sampietro.
Bona part de les vivències de Pérez de Olaguer en el món del teatre les va recollir en la publicació "Els anys difícils del teatre català", on d'una manera crítica repassava alguns dels episodis de l'escena catalana de finals dels 60 i principis dels 70. Alguns dels directors i actors principals del món teatral català han destacat que, com a crític, Perez de Olaguer sempre buscava els aspectes positius dels muntatges teatrals.